lunes, 1 de junio de 2009

Nuestra dulce niña Gilda...

Gilda (de ella viene mi seudonimo), era una pastora belga malinois predestinada a ser una perra de cria, pero su vida tomo un rumbo muy diferente.
Sufrió una cardiopatia muy grave y la dieron unos meses de vida; a finales de Mayo, hacía ya 9 años que compartía su vida con nosotros y solo deseábamos que se llevara de este mundo un recuerdo de cariño y felicidad.
Nuestra dulce Gilda, hace unos pocos días que cerraste tus ojitos, pero hasta ahora no he tenido fuerzas de despedirme, luchaste como una campeona durante cuatro meses, pero llego lo inevitable y no era justo para ti. Ahora, el único consuelo que nos queda, es imaginar que podrás volver a hacer lo que tanto te gustaba, correr y jugar sin esa horrible tos que te dejaba sin aire ni aliento.
Espéranos jugando pequeña, que algún día volveremos a vernos y no tendremos que despedirnos otra vez.

Belinda & Luis